lunes, 26 de abril de 2010

Descubriendo su Amor..

Una maternidad distinta, así llame a mi modo de ser mamá de mi bebe del cielo, hoy reafirmo esto con orgullo y felicidad... Es la nuestra una felicidad mezclada de sentimientos de alegría, de fortaleza, solidaridad y dolor.. Sentimientos mas encontrados que nunca me invaden..
Si alguien me dice que mi bebe con su poquito tiempo en mi no pudo dejarme nada, que tristemente equivocado esta, si cree por un segundo que una madre no puede amar desde antes de la concepción a su hijo es porque no conoce el Amor..
Yo soñé, ame, desee y prepare mi cuerpo pero por sobre todas las cosas mi corazón un año antes de concebirlo... me cuide como nunca antes lo había hecho para ir dejando todo listo dentro mío para albergar a mi bebe..
Planifiqué como sería mi vida a partir de ese momento, porque mi vida no sería la misma con su llegada ... y así fue, no es la misma desde que llegó a ella.. Pude descubrir este fin de semana en el encuentro al que asistí del grupo de autoayuda para papás que perdieron a sus bebes, que no estoy sola, que no estaba loca, que no exageraba mi dolor ni la realidad de persona, de ser de ese hijo que cambio mi vida.
Pude ver como el Amor por nuestros bebes nacidos y fallecidos poco después, o aquellos que directamente nacieron en el cielo ya sea durante el parto, durante el embarazo recién iniciado o ya avanzado, dejaron en nosotras algo inevitable ante la mirada de los demás, algo que esta sociedad puede ver, ya que nos pide ver algo que deje claro que nuestros hijos dejaron su huella.
Todas absolutamente con mayor tiempo en este camino o recién iniciándolo, TODAS, tenían en su mirada una luz muy especial, una calidez en sus sonrisas inexplicablemente tiernas, sinceras, hermosas y puras... cada una irradiaba una luz de solidaridad y desapego que nos unía y nos hacía hermanas, todas teníamos algo tan en común como el dolor que nos había hecho encontrarnos en esta vida, todas éramos las orgullosas madres de unos dulces angelitos y todas comprendíamos y respetábamos cada lagrima, cada palabra, cada gesto...
Cada abrazo dado era con los brazos del corazón y descubrí para mi sorpresa algo que quienes me conocen bien entenderán, nunca pensé en que mi bebe me iba a enseñar mas allá de lo espiritual, evidentemente, la transformación es completa, es por dentro y por fuera.... Mi angelito, mi hijo del cielo me había dado el regalo mas precioso que jamás hubiese imaginado en un simple gesto para muchos pero un gran y profundo gesto para mi, me enseñó a abrazar con soltura, sin pudor, entregando en un simple abrazo el alma...Quién puede negarme ahora que mi Maternidad es real?, quien tiene el coraje para negarme la cercanía y cotidianeidad de este Amor?... Nadie.

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