jueves, 6 de mayo de 2010

El amor no sabe de tiempo solo sabe de amor...

Mi vida de pronto se lleno de luz, jamás pensé que tanta felicidad sería posible pero lo era, habías superado todas las expectativas que tenia respecto al día en que mi vientre volviera llenarse de vida. Era maravilloso, mi rostro se hacia cómplice de tu cuerpito pequeño que sonreía a través del mío. Soñé toda mi vida, y quienes me conocen saben que siempre hable de mi embarazo a los treinta y pico.
Ya tenias tres hermanos pero me faltabas vos y llegaste para cambiarlo todo...
Cuando me hice el test, segura que del resultado, mientras esperaba iba y venia frente a la imagen de la Virgen, la mire fijo le sonreí y fui a ver el resultado... solo dos pequeñas pero bien nítidas líneas violetas, y un SI para toda la vida!
Empecé a reír sola, a llorar, temblaba como una hoja y no podía dejar de sonreír!! Quería gritarlo, llamar a todo el mundo y contagiarles mi felicidad por tu presencia...
Hola mi amorcito! Hola mi vida soy tu mamá! Nunca me voy a olvidar que fueron las primeras palabras que te dirigí con el corazón que se me salía por la boca..
Unos días después fui al doctor y confirmó para felicidad mía y de tu papi que te prendías a mi vientre como lo hiciste a mi corazón para no dejarme jamás! Cuanta alegría cuanta indescriptible felicidad se me escapaba por los poros imposible de frenar cuando me mostró en la pantalla del monitor como tu cuerpito tan chiquito daba señales claras y concretas de que eras mi bebe, mi hijo real, estabas allí vivo, regalo de Dios, dador de Vida.
Hubo otra eco unos días mas tarde aprovechando otra consulta, y aprovechándome de la buena voluntad de mi doctor que sabia cuanto te espere, esta vez volvía con tu papi que todavía no te había visto. Ese fue el día mas odiado, el mas cruel que había imaginado en mi vida pero no el único el dolor recién empezaba....
Estaba en la semana nueve, todo dispuesto para escuchar tu corazoncito latir como lo habíamos hecho antes con tus hermanitos... El silencio mas frío y aterrador invadió el consultorio que unos segundos antes destellaba luces de mil colores... tampoco voy a olvidar el rostro del doctor que de una sonrisa paso instantáneamente a una seriedad que alertaba ... lo sentí, lo pude oler... -Que pasa?- Pregunte negándome a querer escuchar la respuesta... -Bueno...-. y ese bueno ya sabía que significaba que algo no andaba bien.
-No se escuchan los latidos.- Nos dijo.. Mi mundo empezaba a caer, el cielo se derrumba sobre mi y ya nada podía cambiar eso, solo un milagro..
Nos dijo que esperáramos unos días para ver si era que por la edad gestacional que no se podía escuchar todavía... pero yo sabia, muy a mi pesar que no era así.
Una semana después confirmábamos la realidad mas horrorosa de mi vida.
No podía comprender que sucedía, mi vida cambió, mi mundo cambio, todo lo que era hasta ese momento de colores se convirtió en gris. Todo lo que creía firme se desestabilizó. Aquellas cosas en las que creía las puse en duda, las pase por un filtro y con los meses muchas desterré de mi y muchas reafirmé. Me sentí por primera vez en la vida vencida. Morí en parte con su muerte.
Viví el duelo ante la mirada indiferente de muchos que decían quererme...
Vivo mi maternidad espiritual ante la mirada prejuiciosa de tantos. Fui dejando que mi vida como mi corazón se transformara, permitiendo que el amor de mi bebe así como el amor que yo tenia para él plenificara mi existencia, entregando mi alma para que aquel que me dio el Don de la Vida me reconfortara haciéndome ver que aun sin lo cotidiano de lo corpóreo me transportaba por nuevos caminos, descubriendo nuevos mundos y muchas almas que sabían de mi dolor.
He aprendido que este hijo tiene tanta presencia y realidad en mi vida como los otros cuatro, por lo que he decidido no permitirle a nadie que crea que tiene algún derecho para decirme a mi que mejor es olvidar lo vivido y que niegue su existencia.
El Amor no tiene cuerpo, no es palpable con nuestras manos, no es sonora para nuestros oídos, ni visible para nuestros ojos tan ciegos...
Gracias bebe mío por enseñarme tantas cosas y hacer de mi un ser dispuesto a amar mas allá de la vida!

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