martes, 18 de mayo de 2010

Algo quedó trunco en mi, quedo detenido sin explicación, como esperando que alguien saque pausa y todo siga..



Muchas somos juzgadas y poco comprendidas pero sería bueno que miraran desde este lugar nuestra realidad.. a quien quiera le presto un rato mis "anteojos" para que puedan observar desde otro lugar nuestro amor...
Si todos pudieran percibir lo que siente una mujer que esta gestando vida, que lleva en su vientre a su hijo para que después de parirlo poder alzarlo, porque el tiempo que una lo “abraza” en su vientre parece no alcanzarle y de pronto como un soplido de desgracia y horror se encuentra con una realidad cruel y desnaturalizada... la vida de su hijo fue mas corta que la suya, fue madre y lo llevó en su vientre pero jamás amantó ese cuerpito, jamás lo bañó, ni miró fijo a los ojos... nunca besó sus manos y escuchó con placer esos soniditos de su boca mientras dormía, ni siquiera nunca lo llegó a ver dormir... si pudieran por un instante observar nuestros corazones pensarían distinto...
¿Puede ser tan grande el amor de una mujer para amar sin ver, sin sentir, sin oler, sin escuchar a ese gran amor de su vida?.. ¿puede amar la presencia espiritual y atesorar los sentimientos de lo que iba a ser y no fue junto con todo aquello, poco o mucho que tenga que ver con él porque la presencia física ya no es?..
El amor es inexplicable, en todos los sentidos de la vida pero el amor por un hijo puede ir mas allá de todo; una mujer no puede amar a una hombre sin tener la mas mínima información de él, pero por su hijo puede desear dejar su vida a cambio de que él la recupere aun, sin que lo hubiese parido. Puede sentir un amor incondicional por sus amigos, pero si no lo conoció, si no compartió con ellos algo en la vida que los haga cómplices y compinches jamás sentirá nada de eso por ellos. Lo mismo pasa con cada integrante de la familia, para todos nuestras relaciones afectivas necesitamos tiempo, vivencias, buenos y malos momentos juntos, dialogo y mucho en común, sin embargo para amar a un hijo no necesitamos nada de esto, el Amor Es, simplemente, sin vueltas y sin mucho que explicar.
Para algunos esto es un mero capricho, para quienes perdimos a nuestros hijos es un sentimiento tan enraizado en nosotras desde antes de concebirlos que no es para nada extraño.
Fuimos soñando con nuestros hijos no solo antes de concebirlos o de formar una familia, fue mucho antes, en nuestra infancia ya fantaseábamos con ese momento, cuantas pensamos y pusimos a nuestros hijos nombres que guardábamos desde el jardín, nombres que les pusimos primero a nuestros muñecos. Nosotras, madres, sabemos que a un hijo se lo ama desde siempre, se lo espera desde siempre, se lo sueña desde siempre, se dialoga con él desde siempre y cuando llega el momento, ya sea como lo deseamos o intempestivamente ese amor Es en plenitud, es un amor maduro y seguro, un amor esperado por siempre y deseado para siempre.
El amor es mucho mas perfecto de lo que podemos imaginar desde estos cuerpos tan efímeros, el a amor no se limita al tiempo ni al espacio, el amor en si no se rige por tiempos ni espacios. No hay limite que pueda con él. Es el sentimiento mas pleno que todo lo puede. El amor es vida y quien ama vive y quien es amado esta vivo en quienes lo aman. Nuestros hijos no nacieron, pero existieron y existen en el amor. Nuestros hijos Son, eso nos basta.

viernes, 14 de mayo de 2010

La búsqueda del Amor en el amor que sentimos.


Inevitablemente por mas maduro que este nuestro duelo no podemos evitar sentir un vacío físico de nuestros hijos cuando les ha tocado ponerse alas y pasar el velo de lo limitado. Ante esta necesidad urgente que nos reclama cada día nuestro corazón y nuestro cuerpo, podemos optar por permitirnos torturarnos por lo que no fue y victimizarnos dejando de vivir un poco mas cada día, siendo así egoístas con esta maternidad que nos tocó, o plenificar nuestro amor, multiplicarlo, hacerlo vida y obras, actos de amor por el amor que nos dan día a día nuestros hijos alados.
Yo he comprendido que mas allá de lo que piensen los demás viviré con todos los recuerdos de mi bebe en mi vientre, pero eso no quita de que siga avanzando, ya no lloro desconsoladamente a cada momento, no me replanteo mi fe, ni me pregunto reiteradas veces al día ¿por que a mi?.
Generalmente se cree que si lo superaste ya no necesitas hablar de ellos, guardas todas sus cosas en una caja que archivas en algún lugar donde pueden pasar años antes que lo vuelvas a ver, ese es un terrible error.
Muchos se deshicieron de todos los recuerdos físicos que les quedaron de sus hijos, llevan una vida aparentemente común, jamás hablaron ni siquiera con su familia de lo sucedido como tampoco con sus mejores amigos, nadie vio correr una lagrima por sus mejillas, por lo que se da por sentado que todo esta superado... muchas veces nos ponen un caso similar como ejemplo a seguir..
Cada ser humano es un universo único diferente e irrepetible, debemos respetar a cada uno por lo que es y porque solo el sabe cuanto devastó la tempestad en su alma.
Tenemos que aprender a respetar el derecho de la intensidad con que cada uno vive sus experiencias y tendríamos que guardar silencio antes de hacer alguna conjetura.
Muchos me vieron reír a carcajadas, muchos me vieron hablar esperanzadamente, muchos jamás escucharon de mi boca hasta el día de hoy del dolor terrible que me invadió perder a mi bebe. Jamás nadie pudo imaginarse que no hay un solo día en mi vida después de aquel 20 de junio, cuando me enteré que su corazoncito ya no latía, que pase sin que lloré desgarradamente por aquel desenlace.
No es hipocresía el mostrarme bien, es como me sale lo demás es simplemente Amor del bueno, del que a pesar de saber de su existencia espiritual mi limitación física de esta vida me sigue doliendo..
Me consuela saber que María, sabiendo la Divinidad de su Hijo lloró también a los pies de la Cruz. Me fortalece saber que Jesús mismo, Dios mismo, ante la muerte de su amigo lloró, él que sabia mas que nadie de la vida a la que íbamos a nacer lloró... Me da entonces consuelo y paz de saber que si lloro la perdida de mi hijo no soy débil, soy un ser que ama hasta el extremo.
Somos madres diferentes donde no nos detiene la ausencia de sus cuerpos, no nos detienen el vacío de jamás haberlos tenido, no nos detiene ni siquiera el que muchas no hayamos podido saber su sexo. A este amor no lo detiene nada, simplemente fluye, corre por nuestras venas, y se nos escapa por los poros, por el brillo de nuestros ojos y busca ser dador de amor.
Que expresemos este amor y le demos un lugar físico en nuestras vidas, ya sea con una foto, con sus cositas, con una eco, o con lo que nos lo haga visible es simplemente un modo de amarlos con algo físico, es nuestra necesidad ante la falta de ellos, es parte de nuestro orgullo de madres. Nosotras elegimos amarlos a través del amor que demos y tenerlos presentes es algo que nos hace bien, ¿quien que ama a su hijo quiere ocultarlo? Nadie!
Nosotras madres de ángeles vivamos ese amor como mejor podamos, hagamos por ellos cuanto mas podamos en obras y gestos de amor por los otros, y sin dudarlo dejemos que nuestros sentimientos fluyan como nos salga a nosotras. Lloremos a solas si lo necesitamos, lloremos en companía si podemos y nos hace bien, hablemos de ellos todo lo que queramos o guardemos silencio si eso nos parece mejor. Pero no neguemos esta maternidad nunca, porque si nos fue dada es para vivirla a pleno, entreguémonos a ella sin miedos, seguramente recibiremos muchos mimos de nuestros hijos a través de ellas!

miércoles, 12 de mayo de 2010

Reencontrandome con la imagen de aquella ecografía me reencontré con mis sueños.

Nunca pensé que con el simple hecho de tener en mis manos la ecografía de mi bebe, que no me quisieron dar en su momento, tantas cosas iban a ocurrir...
Por empezar es indescriptible la sensación de felicidad de poder tener ante mis ojos lo mas cercano a una foto que me lo muestre real y visible.
Que ocupara un lugar en mi casa como lo ocupaba en mi corazón y en mi vida era una deuda pendiente, hoy puedo decir una deuda cumplida.
No voy a negar que estuvo presente, el temor por la opinión del otro, de quienes puedan ofenderse por traer al presente claro y sin tapujos que mi realidad para muchos guardada en el ayer, iba a ser visible, lo siento por ellos, yo no les pido que sientan lo mismo, solo que respeten a mi bebe como a cualquiera de mis otros cuatro hijos.
Me sorprendió la reacción de las hermanas, orgullosas pidieron encuadrarla y dejarla a la vista de todos.
Pude por primera vez con los datos de la eco saber la fecha exacta en que mi bebe partió para ser un ángel. Siempre tuve la fecha de la intervención pero nunca supe cuando fue... hoy si y mucho queda claro.. al menos tendré un día donde mi dolor y mi amor sean comunión y guarde privacidad para ello si que nadie cuestione que lo hago sin saber cuando empezó todo..
Estoy dándome cuenta que en estos dos años y diez meses que llevo desde su partida el camino recorrido ha sido mucho y los pasos dados muchos mas de lo que reconozco.. Mucho ha transitado mi alma y mi mente.. mucha agua paso bajo este puente y en el mas profundo de los silencios me transforme en otra mujer. Siempre fui muy solitaria para los sentimientos mas profundos, esos que nos ponen en jaque, esos que nos hacen tan vulnerables que es mejor no mostrarlos porque es como estar desnudo, desarmado ante el adversario.. Quizás esa soledad que me caracterizó siempre sea la pieza clave en mi vida para poder rumiar en mi todo este tiempo, sin buscar tanto en la opinión del otro...
En esta soledad pude encontrarme conmigo y con todo aquello que siempre me aterro, desde la muerte, postura que me confundía y me descolocaba en mi propias bases, (yo creía en la vida después de la muerte y creo pero me aterraba pensar que algún día iba a morir y yo no tendría control sobre eso), hasta el sentirme abandonada, aislada, incomprendida, burlada, rechazada por quienes mas necesitaba, todos y cada uno de mis peores miedos se hicieron carne, tomaron vida en mi vida y me dieron batalla...
Hay días que quisiera permitirme aflojar, así como le presento pelea a la ausencia física de quien amo y a pesar de su presencia real en mi vida, me falte, me sea necesaria.. La vida va muy rápido, vuela y ya ni calculamos la fuerza del aleteo lo hacemos por inercia pura... no meditamos cada respiración, simplemente respiramos y así es como los días pasan y se suman del mismo modo que se sumaron logros, pequeños grandes triunfos que cuando miramos hacia atrás nos asombramos al ver que ya no somos quienes éramos, que mucho de lo que creíamos correcto en nosotros se tiró abajo y fue construido de nuevo.
Pude aprender de lo magnánimo del Amor, de su planificación mas allá de las barreras de este mundo en el que vivimos y que convive con el mundo de nuestros muertos, ellos tienen la ventaja de tener los “anteojos correctos”,
Ellos con su separación física dejaron caer esa cortina que los separaban del Todo, hoy ellos nos acercan con su amor a ese estado de plenitud ilimitada, nos regalan con su llegada a nuestras vidas y mas aún con su partida la presencia total de sus almas... hoy puedo al ver la ecografía en casa que quien llegó un día a mi vida derrochando felicidad para mi alma jamás se fue, como no se irán ninguno de aquellos que llegaron un día, simplemente pasan la barrera de lo limitado.
Muchas cosas dieron una vuelta de rosca, pero por sobre todo enfrenté ese miedo a reclamar un recuerdo que me pertenecía y temía ser juzgada por eso, me aterraba que lo hubiesen perdido, me intimidaba que me vieran como una desequilibrada reclamando algo que para ellos era un intento trunco de tener un hijo...
Ocurrió algo muy enriquecedor en estos días, aprendí a no prejuzgar y permitir que mi miedo por lo que pensaran paralice mis deseos y mis necesidades, aprendí a no quejarme por el prejuicio del otro cuando estoy siendo prejuiciosa con mis deseos... Aprendí... un paso mas en este largo camino..

jueves, 6 de mayo de 2010

El amor no sabe de tiempo solo sabe de amor...

Mi vida de pronto se lleno de luz, jamás pensé que tanta felicidad sería posible pero lo era, habías superado todas las expectativas que tenia respecto al día en que mi vientre volviera llenarse de vida. Era maravilloso, mi rostro se hacia cómplice de tu cuerpito pequeño que sonreía a través del mío. Soñé toda mi vida, y quienes me conocen saben que siempre hable de mi embarazo a los treinta y pico.
Ya tenias tres hermanos pero me faltabas vos y llegaste para cambiarlo todo...
Cuando me hice el test, segura que del resultado, mientras esperaba iba y venia frente a la imagen de la Virgen, la mire fijo le sonreí y fui a ver el resultado... solo dos pequeñas pero bien nítidas líneas violetas, y un SI para toda la vida!
Empecé a reír sola, a llorar, temblaba como una hoja y no podía dejar de sonreír!! Quería gritarlo, llamar a todo el mundo y contagiarles mi felicidad por tu presencia...
Hola mi amorcito! Hola mi vida soy tu mamá! Nunca me voy a olvidar que fueron las primeras palabras que te dirigí con el corazón que se me salía por la boca..
Unos días después fui al doctor y confirmó para felicidad mía y de tu papi que te prendías a mi vientre como lo hiciste a mi corazón para no dejarme jamás! Cuanta alegría cuanta indescriptible felicidad se me escapaba por los poros imposible de frenar cuando me mostró en la pantalla del monitor como tu cuerpito tan chiquito daba señales claras y concretas de que eras mi bebe, mi hijo real, estabas allí vivo, regalo de Dios, dador de Vida.
Hubo otra eco unos días mas tarde aprovechando otra consulta, y aprovechándome de la buena voluntad de mi doctor que sabia cuanto te espere, esta vez volvía con tu papi que todavía no te había visto. Ese fue el día mas odiado, el mas cruel que había imaginado en mi vida pero no el único el dolor recién empezaba....
Estaba en la semana nueve, todo dispuesto para escuchar tu corazoncito latir como lo habíamos hecho antes con tus hermanitos... El silencio mas frío y aterrador invadió el consultorio que unos segundos antes destellaba luces de mil colores... tampoco voy a olvidar el rostro del doctor que de una sonrisa paso instantáneamente a una seriedad que alertaba ... lo sentí, lo pude oler... -Que pasa?- Pregunte negándome a querer escuchar la respuesta... -Bueno...-. y ese bueno ya sabía que significaba que algo no andaba bien.
-No se escuchan los latidos.- Nos dijo.. Mi mundo empezaba a caer, el cielo se derrumba sobre mi y ya nada podía cambiar eso, solo un milagro..
Nos dijo que esperáramos unos días para ver si era que por la edad gestacional que no se podía escuchar todavía... pero yo sabia, muy a mi pesar que no era así.
Una semana después confirmábamos la realidad mas horrorosa de mi vida.
No podía comprender que sucedía, mi vida cambió, mi mundo cambio, todo lo que era hasta ese momento de colores se convirtió en gris. Todo lo que creía firme se desestabilizó. Aquellas cosas en las que creía las puse en duda, las pase por un filtro y con los meses muchas desterré de mi y muchas reafirmé. Me sentí por primera vez en la vida vencida. Morí en parte con su muerte.
Viví el duelo ante la mirada indiferente de muchos que decían quererme...
Vivo mi maternidad espiritual ante la mirada prejuiciosa de tantos. Fui dejando que mi vida como mi corazón se transformara, permitiendo que el amor de mi bebe así como el amor que yo tenia para él plenificara mi existencia, entregando mi alma para que aquel que me dio el Don de la Vida me reconfortara haciéndome ver que aun sin lo cotidiano de lo corpóreo me transportaba por nuevos caminos, descubriendo nuevos mundos y muchas almas que sabían de mi dolor.
He aprendido que este hijo tiene tanta presencia y realidad en mi vida como los otros cuatro, por lo que he decidido no permitirle a nadie que crea que tiene algún derecho para decirme a mi que mejor es olvidar lo vivido y que niegue su existencia.
El Amor no tiene cuerpo, no es palpable con nuestras manos, no es sonora para nuestros oídos, ni visible para nuestros ojos tan ciegos...
Gracias bebe mío por enseñarme tantas cosas y hacer de mi un ser dispuesto a amar mas allá de la vida!