sábado, 17 de abril de 2010

Mi mañana mas fría..

Busco abrir los ojos pero me pesan como si los tuviera pegados, me cuesta ver, es todo como una gran nube blanca sigo intentando recuperar la razón y los sentidos pero continúo adormecida sin comprender muy bien que me pasa.
Escucho voces y alguien que dice mi nombre, me pregunta si estoy bien y que ya termino. Voy tratando de reconocer las caras pero estoy aturdida....
Hay música que se escucha de fondo, es la misma radio con la que me dormí entre lágrimas y la que aun hoy sigo escuchando como para poder mantenerme unida a ese ambiente y a esos sonidos con los que me despedí de aquellos sueños..
Así casi sin poder acomodarme a la realidad que me acababa de abofetear nuevamente mis ojos se humedecen y tan pronto como suspiro mi rostro se empapa de la tristeza y el horror de saberme vacía de vida en mi vientre, despojada sin poder evitarlo de todos mis sueños y mis ganas de volverlo a intentar.
La vida es cruel y maravillosa, pero jamás es previsible. Del mismo modo como te ataca por la espalda y te clava un puñal puede sorprenderte enamorándote y reinventándote cuando lo creías todo conocido o terminado.
Volver a la habitación después de eso fue duro, porque era volverme a ver cara a cara con el padre de mi hijo pero sin mi hijo ya, y todavía faltaba otro volver, quedaba volver a casa, volver a ver a mis otros hijos sin palabras que decir, volver al día a día y al consuelo sin sentido de todos los que se acercaban para acompañarme.
Muchas veces me disculpe por mi distancia y mis silencios después de eso, agradecí el intento de consolarme y aunque no lo diga a cada uno por separado me siento en deuda con cada uno por sus palabras pero por sobre todo con los que guardaron silencio y se que sufrieron conmigo..
También estuvieron los que huyeron como si padeciera una enfermedad contagiosa buscando no contaminarse de mi tristeza.... a ellos mis oraciones porque no hay traición mas grande que la del egoísmo con los amigos.
Nada debe ser fácil, nada inalcanzable pero en ocasiones no solo una cosa lo es sino que muchas y parece ser que el mundo se complota contra uno y nos confunde en un laberinto de miedos y destrucción.
Me ha tocado navegar en medio de la tormenta quedándome desorientada y aterrada, sin poder siquiera gritar porque el mismo miedo me apretaba la garganta y retenía las palabras como para hacer mas cruel ese momento.
Me he encerrado en mi cuarto y aislada del mundo cree mi propio infierno lleno de culpas y temores remordiéndome por el odio que me sentía y el que creía que alguien me podía tener.
Me enfrente a monstruos diabólicos que desgarraban mi piel y me dejaban en carne viva, me oculte en la soledad y la soledad misma me generaba un peligro, porque en el silencio de mi cuarto estaba yo con mis propias navajas para despellejarme y martirizarme por no poder perdonarme ser como era. Como si algo de mi hubiera sido veneno fatal para que la vida de mi bebe en mi vientre fuera tan corta, era ilógico, pero eran miedos reales. Nada ni nadie puede contra nosotras mismas en esos días... creo que todas pasamos aunque mas no sean pocos minutos por esa duda que nos carcome... ¿Qué hice yo para que esto pasara? ¿Qué no hice yo para que esto pasara? .. cuantas preguntas frente a la responsabilidad de poner el cuerpo, de cuidar esa vida y de pronto.. todo se acaba y no pudimos hacer nada, yo ni me di cuenta que había pasado.. ningún síntoma, ningún malestar, nada...
Pero .. aprendí a perdonarme y a pesar de que sigo sin poder cuidarme de mi como debería cada vez que siento el peligro de mis propias exigencias y reclamos me niego a cerrar las puertas y descolgar el teléfono, busco enfrentarme a mis propias lanzas... aunque en muchas oportunidades salgo lastimada, pero salgo y eso sigue siendo lo importante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario